“Sin olvidarnos, los que pretenden hacerse de oro con un negocio que debería tener un enorme componente ético, con el que deberían erigirse en transmisores de valores de respeto y consideración”
Esto, que he copiado literalmente del texto, es lo que más me ha marcado. Buenos días, por cierto. Aunque por la fecha del artículo veo que llego un poco tarde al debate, he de señalar que se trata de un debate que está siempre de actualidad, porque parece que nunca se acaba. A los veterinarios, a diferencia de todas las demás profesiones, no sólo se nos pide que seamos buenos en nuestro trabajo, sino que se nos exige cobrar poco o incluso nada en casos de “necesidad”. Cobrar por nuestros servicios, la tarifa que cada uno crea conveniente, es totalmente lícito, está dentro de la ética y la moral de cualquier trabajo, incluida de la profesión veterinaria. Yo no me erigí en transmisora de nada cuando estudié la carrera que elegí por vocación. Sí transmito los valores a mis clientes y a mi comunidad, y doy charlas gratuitas por colegios hablando del respeto a los animales, el bienestar animal, de la adopción antes que la compra, etc. YO AYUDO a mis clientes a pagar poco a poco (aunque a mí no me ayuda nadie) e incluso hago muchos trabajos gratuitos a personas que no tienen recursos, me ofrezco como colaboradora a las protectoras en la medida de mis posibilidades, etc. PERO AYUDAR O NO LO DECIDO YO. Nadie, y repito, nadie tiene derecho a decidir por otra persona hasta qué punto tiene o no tiene la obligación de ser solidario, y mucho menos dejar implícito que cobrar lo que uno considera justo por su trabajo o realizar labores que son legales es no “transmitir respeto y consideración”. Por otro lado, pretender que alguien trabaje de forma gratuita o a precio de costo porque a ti te parece lo más correcto ¿eso es transmitir respeto y consideración? ¿Estás tú respetando a esa persona y su familia? Nadie nos ayuda a pagar nuestras facturas. Abrir la puerta de la consulta o la clínica tiene unos costes fijos que hay que cubrir. Y si uno trabaja, normalmente espera poder contribuir a la economía familiar con los ingresos derivados de esa labor. Si cobro lo justo para cubrir mis costes, ¿qué me queda, de qué como? Además, pides que sean servicios de alta calidad. Si no tengo ni para cubrir mis necesidades, ¿con qué ingresos continúo mi formación y mejoro los servicios que puedo ofrecer en mis instalaciones?
Eso de “hacerse de oro” con esta profesión es algo que no es común ni mucho menos fácil hoy en día. Somos los profesionales con estudios superiores peor pagados de España, y eso lo dice el INE, no lo digo yo. Quedamos en salario por debajo de trabajos no cualificados. Y cuando no somos asalariados, sino autónomos, es todavía peor, porque ser autónomo en este país, como saben otros profesionales, es muy caro e implica asumir todos los riesgos sin ningún respaldo, ni siquiera prestaciones por desempleo si finalmente tenemos que cerrar nuestros negocios. Negocios que por cierto son más caros de mantener que la mayoría, porque implican muchos costes que los no familiarizados no tienen en cuenta, como seguros, colegiación, servicios de recogida de agujas y restos biológicos, productos desinfectantes y otros químicos, fungibles, etc. Por no hablar del coste de tener en stock todos los medicamentos básicos del botiquín, y pagar y amortizar los equipos necesarios para atender a los pacientes, que son de coste muy elevado. Y para colmo, a diario, vemos animales incorrectamente atendidos, o directamente sufriendo negligencia por parte de sus propietarios, a los que lo único que les preocupa es que les cueste poco la consulta o que se cure con un pinchazo eso que lleva el animal padeciendo 3 meses, ó 3 años. Y aún así afirman que es uno más de la familia, y que lo quieren mucho. Corroboro lo que ha dicho un compañero, esas desungulaciones, esas cirugías de las cuerdas vocales, las solicitan los propietarios, no nosotros. Aunque no las realizo ahora, las he hecho cuando trabajaba para otros, y siempre era el propietario el que lo pedía, aunque mis jefes intentaran hacerles cambiar de opinión.
Pero se obvia la responsabilidad del propietario, al que nadie obligó a adquirir o adoptar a un animal, y no importa echar por tierra una profesión y a la mayoría de sus miembros (cito “Encontrar a un veterinario profesional y ético, resulta complicado”). No es culpa nuestra, como colectivo, como profesionales, que se abandonen animales. Yo ya hago mi parte, educando a los niños, advirtiendo de la responsabilidad que supone la tenencia de animales de compañía, tanto a nivel económico como de tiempo y dedicación. Si todos lo tuvieran en cuenta, no habría tantos abandonos. Si ese tipo de concienciación formara parte de la formación reglada de los niños, otro gallo cantaría.
NO ES RESPONSABILIDAD NUESTRA CUBRIR CON NUESTRA ECONOMÍA LA NEGLIGENCIA DE TODA UNA SOCIEDAD CON LOS ANIMALES. Si no cobro o cobro poco, es como poner mi dinero, el dinero que dejo de ganar, no sólo lo que me cuesta el material, además de mi tiempo, mi esfuerzo y dedicación.
Si tenéis que reclamar a alguien, reclamad a los verdaderos responsables y por los cauces adecuados. Pedid responsabilidad a los propietarios, a las instituciones, al estado. Pedid, no sólo que se modifiquen las leyes, sino que éstas se cumplan. Para sorpresa de muchos de mis clientes, en nuestra comunidad está penalizado el abandono animal. Pero no conozco a nadie al que se le haya penalizado por tal cosa. ¿Es eso responsabilidad del veterinario? Para sorpresa de muchos pobres samaritanos que me traen animales para pasar el lector de mircrochips en la localidad en la que trabajo no hay ni residencia, ni ningún tipo de servicio de recogida de animales (ya no hablemos de si perrera o no perrera), a pesar de que la ley les obliga. ¿Es responsabilidad mía quedarme con todos los animales que aparecen perdidos? Porque más de uno se ha ido enfadado de aquí porque no les he podido ayudar. Las protectoras de la zona están desbordadas y no recogen más perros ni gatos. Yo no puedo recoger 3 ó 4 animales a la semana, por más que sienta dolor y sufrimiento cada vez que me encuentro con un caso, por más que haya pedido responsabilidades a los concejales que creo responsables, por más que he llamado a policía local y guardia civil para pedir ayuda o preguntar por una posible alternativa, por más que he llamado y llamado a distintas puertas… Yo hago todo lo posible, pero NO ES RESPONSABILIDAD MÍA. Los responsables son otros.
Por ser veterinaria no tengo la obligación de nada más que de hacer mi trabajo con profesionalidad y de forma responsable. Todo lo demás que hago, es VOLUNTARIO y es un extra. No es peor veterinario aquel que no lo hace, porque no quiere, porque ya le han engañado muchas veces, porque está quemado o porque no se lo puede permitir. Hace sólo unos días vi como alguien se proponía arruinar la vida de un compañero en las redes sociales, porque ella pertenece a una protectora y sus servicios, en festivo y horario de urgencias, le parecieron caros. A pesar de que el veterinario no tenía convenio de colaboración con dicha protectora y se le informó previamente de los costes que supondría atenderla de urgencias ese día. Pero la explicación de mi colega duró poco, enseguida fue borrada.
Y no es la primera vez que veo algo así. Hace unos meses, a un veterinario de una localidad vecina le pasó lo mismo. Por decir a un “señor” que tendría que cobrarle un servicio, que no lo podía hacer gratis, esta persona se dedicó a publicar una y otra vez en distintos sitios lo mala persona que era este veterinario, que no quería trabajar gratis, para curar a un perro de raza (incluía foto), aun señor que obviamente tenía smartphone y tarifa de datos, pero que supuestamente no podía recortar ningún gasto para permitirse una consulta de entre 20 y 30€… Y detrás de cada intervención 40 o 50 comentarios dando al propietario la razón. Parafraseando uno de los comentarios, un a chique le dijo: quué mal veterinario que quiere cobrar, ve a fulanita que no te pone problemas. Y contestó otra chica que la tal fulanita había terminado por poner un cartel en la sala de espera diciendo que se cobraba la consulta en el momento. Cuántas veces se habrá quedado sin cobrar la pobre mujer para llegar a ese extremo de tener que ponerlo en un cartel en la sala de espera…
¿Sabíais que la tasa de suicidio entre los veterinarios es la más alta entre las profesiones con formación técnica o científica? No podemos cargar nosotros solos con una carga que corresponde a todos. Y no se nos puede criminalizar por no querer hacerlo.